Journalist and activist Juan Fernando Soto Martínez (b.1994) was born in the city of San Pedro de las Colonias, Coahuila, Mexico but soon his family moved to Ciudad Juárez, Chihuahua. When he was seven years old, his parents decided to immigrate to the United States and settled down on Johns Island, South Carolina. From an early age, he excelled as a student, and a couple from the Catholic community provided financial support to further his education. He attended Charleston Collegiate, a private school on Johns Island and then Spring Hill College in Alabama where he earned a Bachelor in Journalism. After completing his degree, Soto Martinez returned to Charleston and founded Recursos Estatales (State Resources), an information service for the local Spanish-speaking community. In the interview, Soto Martínez reflects on his DACA status, the complexities of growing up in a small community, his love for journalism and his activism. He affirms his right to live his life on his terms and to pursue his dreams as a Latino gay man. El periodista y activista Juan Fernando Soto Martínez (1994) nació en la ciudad de San Pedro de las Colonias, Coahuila, México, pero pronto su familia se mudó a Ciudad Juárez, Chihuahua. Cuando tenía siete años sus padres decidieron emigrar a Estados Unidos y se radicaron en Johns Island, Carolina del Sur. Desde pequeño se destacó como estudiante y un matrimonio de la comunidad católica lo ayudó económicamente para que pudiera estudiar en la escuela privada de Johns Island, Charleston Collegiate y posteriormente en Spring Hill College en Alabama donde obtuvo el título de Bachelor en Periodismo. Después de completar sus estudios regresó a Charleston y fundó Recursos Estatales, un emprendimiento periodístico que sirve a la comunidad hispanohablante local. En la entrevista, Soto Martínez reflexiona sobre su situación de joven DACA, las complejidades de crecer en una comunidad pequeña, su amor por el periodismo y su activismo. Afirma su derecho a vivir su vida en sus propios términos y a perseguir sus sueños como joven latino y gay.
Yulma López-López (b. 1997) was born in Oaxaca, Mexico. When she was three years old, her parents decided to seek better luck in the United States and arrived to California where they worked as agricultural workers. Subsequently, the family moved to other states pursuing better employment opportunities until finally establishing themselves in North Charleston, South Carolina. López-López recalls her experiences at Midland Park Elementary and Charleston County School of the Arts and the teachers who helped her. She explains that she began to progressively understand her status as an undocumented immigrant and, therefore, the reasons why she could not access higher education in South Carolina. In 2016, thanks to a grant from The Dream.Us organization, she was accepted as a student at the University of Delaware. Along with other students, she is part of an organization that advocates for the rights of DACA students and seeks to persuade lawmakers in Washington of DACA students' rights. In the interview, López-López tells how she experiences the challenges of university life, including fear for her safety and that of her loved ones. Finally, she reflects on the limited information and support DACA eligible people and recipients have in the Lowcountry as well as the barriers to organizing politically. Yulma López-López (1997) nació en Oaxaca, México. Cuando tenía tres años, sus padres decidieron buscar mejor suerte en los Estados Unidos y llegaron a California donde se desempeñaron como trabajadores agrícolas. Posteriormente fueron mudándose a otros estados persiguiendo mejores oportunidades de empleo hasta que se establecieron definitivamente en North Charleston, Carolina del Sur. López-López recuerda sus vivencias en las escuelas Midland Park Elementary y Charleston County School of the Arts y a los maestros que la ayudaron. Explica cómo progresivamente fue entendiendo su condición de inmigrante indocumentada y las razones por las que no podía acceder a la educación superior en Carolina del Sur. En el año 2016, gracias a una beca de la organización The Dream.Us es aceptada como estudiante en la Universidad de Delaware. Junto con sus compañeros forma parte de una organización que defiende los derechos de los jóvenes DACA y busca persuadir a los legisladores en Washington. En la entrevista Lopez-Lopez cuenta como experimenta los desafíos de la vida universitaria, incluido el temor por su seguridad y la de sus seres queridos. Finalmente, reflexiona acerca de la limitada información y apoyo con que cuentan los jóvenes DACA en el Lowcountry como así también de las barreras que enfrentan para organizarse políticamente.
Karla Aguirre (b. 1995) was born in Mexico City, Mexico and lived there until she was six years old when her parents decided to immigrate to the United States. In the interview, Aguirre recalls her childhood in a neighborhood in the capital of Mexico, the journey to the United States and her impressions when she found herself for the first time in an unknown place surrounded by an unknown extended family. She explains that growing up in Johns Island was complex because she was part of two very different cultures: one of her classmates at the private school Charleston Collegiate, mostly middle-class whites, and the other, her working-class Mexican community. After finishing school, she participated in a workshop organized by United We Dream in Washington, DC. Then, she joined the organization as an activist and organizer. Aguirre talks about the barriers that dreamers face, including the high rate of mental health problems and the difficulty in accessing adequate services. She also reflects on the challenges of organizing politically, both in South Carolina and nationally, the positive and negative aspects of being an activist and organizer, and defends the right of undocumented youth to tell their own story and to define themselves. Finally, she points out that her dream is to resume her studies. Aguirre (1995) nació en la Ciudad de México, México y vivió allí hasta los seis años cuando sus padres decidieron emigrar a los Estados Unidos. En la entrevista, Aguirre recuerda su infancia en un barrio de la capital de México, la travesía hacia Estados Unidos y sus impresiones al encontrarse con una tierra y una familia extendida desconocidas. Explica que creció en Johns Island en un mundo muy complejo marcado por dos culturas completamente diferentes: la de sus compañeros en la escuela privada Charleston Collegiate, quienes en su mayoría eran blancos de clase media y la de su comunidad de origen mexicana y de clase trabajadora. Después de terminar la escuela, participó en un taller de la organización United We Dream para jóvenes DACA en Washington, DC y luego se unió a ellos como activista y organizadora. Aguirre habla acerca de algunas barreras que enfrentan los jóvenes soñadores, entre otros el alto índice de problemas de salud mental y la dificultad para acceder a servicios adecuados. También reflexiona acerca de desafíos para organizarse políticamente tanto en Carolina del Sur como nacionalmente, los aspectos positivos y negativos de su trabajo como organizadora y defiende el derecho de los jóvenes indocumentados a contar su propia historia y a definirse a sí mismos. Finalmente, señala que su sueño es retomar sus estudios universitarios.
Marcela Ortega was born in a rural area of the state of San Luis Potosí, Mexico. When she was nine years old, her family moved to Tampico, Tamaulipas. In 1989, she decided to immigrate to the United States to build a more prosperous future for the son she was pregnant with. Ortega and her husband arrived to Johns Island, South Carolina to work in a store that sold beverages to migrant workers. Shortly after, Ortega began cooking and selling food to the agricultural workers in Johns Island fields and surrounding areas. In the early nineties, responding to the growing community's needs she established El Mercadito, the first Hispanic store on Johns Island. Later, she opened La Huasteca, a Mexican restaurant. In the interview, Ortega describes Johns Island at the end of the eighties and in the nineties and reflects on the changes she has witnessed. Finally, she remembers participating in numerous cultural events as a dancer and takes pride in the fact that her story has been featured in the local newspaper, the Post and Courier. Marcela Ortega nació y vivió hasta los nueve años en una zona rural del estado de San Luis Potosí, México y luego se mudó junto a su familia a la ciudad de Tampico en el estado de Tamaulipas. En el año 1989 decidió emigrar a los Estados Unidos para construir un futuro más próspero para el hijo que estaba esperando. Junto a su esposo se estableció en Johns Island y comenzó a trabajar en una tienda que vendía bebidas y algunos otros productos a los trabajadores migrantes que llegaban a la isla en la época de la cosecha. Poco después, Ortega comenzó a vender comida en los campos no sólo de la isla, sino de poblaciones aledañas. A principios de los noventa, respondiendo a la necesidad de la comunidad que comenzaba a crecer, estableció El Mercadito, el primer negocio de venta de productos hispanos en Johns Island. Posteriormente también abriría un restaurante llamado La Huasteca. En la entrevista, Ortega recuerda la vida en Johns Island al final de la década de los ochenta y los noventa y reflexiona acerca de los cambios que ella ha observado. Finalmente, cuenta que participó bailando en numerosos eventos culturales y que se enorgullece de que su historia haya sido contada en el periódico local Post and Courier.
Eréndira Fabela Estrada (b. 1963) was born in San Pedro, Coahuila, Mexico. Her large family, school, and participation in the Catholic Church youth groups shaped her life. When she was twenty years old, she arrived for the first time to Johns Island, South Carolina to visit her sister and brother-in-law. There, she met her future husband and father of her daughter who worked as a contractor for a local farmer. Soon, Fabela Estrada was working with him in the fields and helping to manage the administrative side of contracting seasonal agricultural workers. The couple divided their time between Johns Island and San Pedro but decided to settle down definitively when their daughter started school. Motivated to improve her English to help her girl with the school homework, Fabela Estrada began taking classes at the College of Charleston. She continued studying until she graduated with a Bachelor's degree in Spanish and Education. For twelve years, she has worked as a Spanish teacher at the Military Magnet Academy in the City of North Charleston. In the interview, Fabela Estrada reflects on her experiences working in the agricultural fields, her love for studying and teaching, and the difficulties and satisfactions she experienced by challenging her community traditional roles. Eréndira Fabela Estrada (1963) nació en San Pedro Coahuila, México y creció sin carencias ni lujos en el seno de una familia numerosa. Su familia, la escuela y la participación en los grupos juveniles de la iglesia católica dejaron una marca importante en su vida. A los veinte años llegó a Johns Island, Carolina del Sur para pasar un tiempo con su hermana y su cuñado que se habían radicado en la isla. Fue ahí donde conoció a su futuro esposo y padre de su hija que trabajaba como contratista para un ranchero local. Con él trabajó en todas las labores implicadas en el cuidado de los campos y la organización de los trabajadores. La pareja repartía su tiempo entre Johns Island y San Pedro, pero decidieron establecerse definitivamente cuando la hija de ambos comenzó la escuela. Motivada a capacitarse y mejorar su inglés para poder ayudar a la niña con las tareas escolares, Fabela Estrada comenzó a tomar clases en el College of Charleston. Poco a poco, continúo estudiando y se graduó con un Bachelor en español y educación. Por doce años se ha desempeñado como profesora de español en la escuela Military Magnet Academy en la Ciudad de North Charleston. En la entrevista, Fabela Estrada reflexiona acerca de sus experiencias trabajando en el campo, su amor por el estudio y la enseñanza y los desafíos que enfrentó para salirse de los roles tradicionales de su comunidad.
Mario Puga was born in Mexico in 1974. When he was sixteen years old he moved to the United States and resided in Rhode Island with his older siblings. He graduated from high school and dreamed of attending college but could not because he was undocumented. Thus, he went back to his country and met a beautiful young woman, Alma Lopez. However, he soon realized he would have better chances to succeed in the United States and decided to return. He was in Texas living with his brother when he learned that Alma also had made the trip, and was living in Johns Island, South Carolina. He followed her and found himself living in a rural area for the first time in his life. He started working in agriculture mainly because there were no other available jobs, but also because it provided housing. Soon, he married his girlfriend and they had their first child. In the interview, Puga explains he always had a drive for learning and improving himself. He has participated in many community organizations but states it was Sister Mary Joseph Ritter from Our Lady of Mercy Community Outreach who taught him about leadership and community service. Puga and his wife participated in the march opposing the South Carolina immigration law SB 20 and are working with a retired police officer, Key Wang, to promote legislation that would allow undocumented immigrants to apply and obtain driver licenses in South Carolina. Descripción: Mario Puga nació en México en 1974. Cuando tenía dieciséis años se radicó en Rhode Island donde estaban sus hermanos mayores. Se graduó de la escuela secundaria y soñaba con ir a la universidad, pero no pudo porque era indocumentado. Volvió a su país para visitar a sus padres y estando en su tierra natal conoció a su futura esposa, Alma López. Cuando se dió cuenta de que sus posibilidades de progresar eran muy limitadas decidió regresar a Estados Unidos. Se estableció en Texas donde vivía uno de sus hermanos. Estando allí supo que Alma había cruzado la frontera y que estaba residiendo en Johns Island en Carolina del Sur. Entonces resolvió buscarla. El cambio de paisaje no fue fácil, había vivido la mayor parte de su vida en ciudades grandes y tuvo que aprender a vivir en un área rural. Se empleó como trabajador agrícola, en primer lugar porque no había muchas otras opciones laborales pero también porque este trabajo le proporcionaba vivienda. Al poco tiempo contrajo matrimonio y tuvo su primer hijo. En la entrevista, Puga explica que siempre ha tenido el deseo de aprender y superarse y por eso mismo siempre ha estado interesado en participar en proyectos colectivos. Ha sido miembro activo de muchas organizaciones desde su juventud, pero afirma que la hermana Mary Joseph Ritter de Our Lady of Mercy Outreach ha sido la persona que realmente le enseñó el significado de liderazgo y servicio comunitario. En el año 2011, Puga y su esposa participaron en las protestas comunitarias en contra de la promulgación y puesta en vigencia de ley de la inmigración de Carolina del Sur SB 20. También han trabajado con un oficial de policía retirado, el señor Key Wang, para elaborar y promover un proyecto de ley que permitiría a los inmigrantes indocumentados solicitar y obtener licencias de conducir en Carolina del Sur.
Luz Alvarado was born in Mexico in 1984. She is a single mother of two, a college student, a full-time worker, and a volunteer. In the interview, Alvarado tells about growing up in poverty and how America resonated in her young mind as the remedy for her family problems. When she was fourteen, she was sent to spend a few weeks with her grandmother who lived in a small town. There she met a man much older than her and was flattered by his attentions. He told her he was on his way to the United States and invited her to go. She decided to go without letting anybody know, excited about the prospect of achieving the American dream, and seeing her brother who was living in Florida. Soon, she realized this man had not been honest about his intentions, but by then she was crossing the border. In the interview, Alvarado tells about the complex relationship she had with this man who became her husband and the father of her two daughters. It took her several years but finally, she was able to leave the relationship, and since then she has been the sole provider for her kids. Because she was a victim of criminal abuse, she was able to apply and obtain a visa that allows her to stay and legally work in the United States. Alvarado says that changing her legal status enormously improved her quality of life; she is no longer living in fear of being deported and separated from her children. Finally, she talks about being a Meals on Wheels’ volunteer, helping her church, and the dreams she has for her future and her daughters’. Descripción: Luz Alvarado nació en México en 1984. Cada día, Alvarado cumple muchos papeles diferentes: es madre soltera de dos hijas, estudiante universitaria, trabajadora de tiempo completo y voluntaria en su comunidad. En la entrevista, Alvarado recuerda que creció en la pobreza y que los Estados Unidos resonaban en su mente joven como el remedio para los problemas de su familia. Cuando tenía catorce años, fue enviada a pasar unas semanas con su abuela que vivía en un rancho. Allí se encontró con un hombre mayor que ella que pronto la hizo sentirse halagada con sus atenciones. Le dijo que estaba en camino a Estados Unidos y la invitó a ir, insistiendo en que debía decidirse pronto. Alvarado pensó que era su oportunidad para trabajar y ganar dólares para ayudar a su familia y también de volver a ver a su hermano que vivía en la Florida. Sin dejarle saber a nadie, emprendió el viaje. No había pasado mucho tiempo cuando se dió cuenta de las verdaderas intenciones de su acompañante y se arrepintió de su decisión, pero para entonces, ya estaba cruzando la frontera. En la entrevista, Alvarado habla de la compleja relación que mantuvo con este hombre que se convirtió en su marido y el padre de sus dos hijas. Cuando finalmente fue capaz de dejar esa relación abusiva se convirtió en el único sostén de sus hijas. Debido a que fue víctima de abuso criminal pudo aplicar y obtener una visa que le permitió quedarse y trabajar legalmente en Estados Unidos. Alvarado explica que adquirir documentos para residir y trabajar legalmente ha mejorado enormemente su calidad de vida, que gracias a ello ya no vive con el temor a ser deportada y separada de sus hijas. Por último, cuenta de su trabajo voluntario en Meals on Wheels of Charleston y en su iglesia y acerca de los sueños que tiene para su futuro y el de sus hijas.
Margarita Perez was born in Veracruz, Mexico in 1992. She was eleven years old when her mother announced she was moving to the United States, and that Margarita and her two sisters would stay in Mexico with their grandmother. The three sisters implored their mother to not leave them, and the very next morning the family began their journey to the north. In the interview, Margarita remembers the harrowing experience of crossing the border and getting lost and separated from her mother for several days. She tells about her first impressions in the United States, how much she liked Hanahan Elementary School, but also how difficult it was to attend an institution that was ill prepared to assist Spanish-speaking children. Her school experience improved when her family moved to Mount Pleasant, South Carolina. In her new school, Moultrie Middle, the teachers were much more supportive and capable of helping her. Margarita states, little by little she realized "she was not dumb" and could be a very good student. She graduated from Wando High School with good grades and dreamed of attending college and becoming a doctor. Unfortunately, she realized her dream was hard to materialize because she was undocumented. Margarita explains she had limited information about her options; she did not receive guidance from her teachers and school counselors nor did she have contact with advocacy groups or other students in similar conditions. Margarita contemplates the pros and cons of moving back to Mexico to study. Mexico is no longer the place she knew. Her grandmother passed away, and if she decides to go back she does not know when she will be able to see her mother again. Margarita discusses her work in housekeeping with her mother in downtown Charleston and in Isle of Palms, South Carolina. Descripción: Margarita Pérez nació en Veracruz, México en 1992. Tenía once años cuando su madre anunció que se trasladaba a Estados Unidos y que Margarita y sus dos hermanas se quedarían en México con su abuela. Las tres hermanas imploraron a su madre que no las dejara y a la mañana siguiente la familia comenzó su viaje al norte. Margarita recuerda la terrible experiencia de cruzar la frontera, perderse y quedar separada de su madre durante varios días. También cuenta acerca de sus primeras impresiones en Estados Unidos como por ejemplo lo mucho que le gustó el edificio de la escuela primaria de Hanahan, pero lo difícil que fue adaptarse a una institución que no estaba preparada para ayudar a los niños de habla hispana. Su experiencia educativa mejoró cuando su familia se trasladó a Mount Pleasant, Carolina del Sur porque en su nueva escuela, Moultrie Middle, los maestros le brindaron más apoyo y atención. Poco a poco Margarita se dio cuenta de que “no era tonta” y que al contrario podía ser una buena estudiante. Se graduó en Wando High School y soñaba con ser médica. Lamentablemente, se dio cuenta de que su sueño era difícil de materializar porque siendo indocumentada no podía aspirar a estudiar en la universidad. Margarita explica que no tuvo información acerca de sus opciones para estudiar, que sus profesores y consejeros no sabían como orientarla y que en ese momento no conocía grupos que estuvieran trabajando por los derechos de los jóvenes inmigrantes como ella. Margarita contempla los pros y contras de regresar a México a estudiar y afirma que no encuentra respuestas fáciles. México ya no es el lugar que ella conoció, su abuela falleció y si ella decide volver a su tierra natal no sabe cuándo podrá ver a su madre que está establecida en Estados Unidos. Mientras tanto, Margarita sigue trabajando limpiando casas de familia con su madre en downtown Charleston y en Isle of Palms, Carolina del Sur.